Los plecos son peces acorazados nativos de países de sur América que comparten ríos que drenan en la cuenca amazónica como Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Colombia, se trata de la mayor familia de bagres conocidos con más de 90 géneros y 684 especies descritas. Estos peces se pueden encontrar en ríos de corriente rápida, desde las tierras bajas cercanas al nivel del mar, hasta los 3.000 metros de altitud, esto incluye una gran variedad de ambientes de agua dulce desde los ríos torrenciales de montaña, estuarios salobres, en ambientes subterráneos y en aguas negras ácidas, también se pueden encontrar en algunos hábitats de aguas salobres.
Se conocen comúnmente de muchas maneras, tales como: suckermouth, bagres blindados, bagres acorazados, pez diablo, corroncho, pez chupa algas, chupa piedras, limpia fondos, plecos o simplemente “Plecs”, una forma abreviada del nombre de la especie: Plecostomus. El tamaño varía bastante dependiendo de la especie que se trate, van de 2,2 a más de 100 cm de longitud.
Algunos se alimentan de algas, pequeños invertebrados y detritus, además, hay un género, el Panaque, que se caracteriza por comer madera, otros géneros, tales como Hypostomus y Pterygoplichthys , son conocidos por su capacidad de respirar aire, este rasgo puede ser una de las razones por la cual, a menudo se encuentran en el comercio de acuarios. Plecostomus plecostomus (ahora llamado Hypostomus plecostomus) fue una de las primeras especies importadas por los dueños de acuarios, donde son vendidos como “plecos”, “plecostomus”, o “comedores de algas”, mucha gente compra los bagres blindados para limpiar las algas del cristal de su pecera, pero lo que muchos no saben es que hay especies que no comen algas y los compradores confiados terminan decepcionados y a la vez sorprendidos cuando ven que su pequeño pleco, crece hasta ser demasiado grande para la pecera.
Desafortunadamente, este pequeño detalle ha llevado a muchos dueños de mascotas a liberar sus plecos en los arroyos, ríos, lagos, embalses y otros cuerpos de agua cercanos a sus casas, en muchos casos, los bagres blindados liberados suelen causar problemas en sus nuevos ambientes debido a su condición de especie exótica o invasora.
En Nicaragua los plecos se han vendido desde finales de los años 70 en las tiendas que venden mascotas y pececitos, los importan principalmente de los Estados Unidos de Norteamérica y se venden en todo el país sin restricciones. La bióloga Yadira Marenco realizó un estudio sobre las rutas de destino de estos peces y logró detectar que los compradores de León, Granada y Rivas, cuando el pleco alcanzaba un tamaño mucho mayor del que ellos esperaban, se deshacían de ellos lanzándolos a cualquier cuerpo de agua cercano, lo interesante de esto es que los arroyos, quebradas y ríos del Pacífico drenan en su mayoría directamente hacia el Gran Lago.
El Instituto Nicaragüense de la Pesca y Acuicultura (INPESCA ) reportó que en el año 2003 se dieron los primero avistamientos de este pez en las costas orientales del Gran Lago, identificándolo como: Hypostomus plecostomus. A la fecha se dice que es muy abundante en las costas de la isla de Ometepe y se le adjudican muchos males, incluso que perjudica el turismo local, a la economía de la pesca artesanal, de dañar la vegetación acuática y de ser una amenaza para la salud.
Mi opinión es que hasta este momento no hemos visualizado cómo potencializar la presencia de ese pez y qué diferentes tipos de provecho hemos de sacarle ya que nos guste o no, el pleco ya vive en el ambiente silvestre entre nosotros. La Universidad Nacional debería destinar esfuerzos para definir el actual estatus del pleco y definir algunos parámetros poblacionales y taxonómicos que nos ayuden a definir estrategias de manejo y aprovechamiento, otros países ya lo han hecho.
El lago está ahí, el pleco entre sus aguas, solo falta agregar el interés de los estudiantes e investigadores en encontrar, a base de la observación, medidas viables e inteligentes para revertir la negatividad sobre esta especie.
