Francisco nació en Asís, Italia en 1181 o 1182. Creció en un entorno económico muy desahogado puesto que su padre fue un próspero comerciante y su madre pertenecía a una familia noble.
Cuando Francisco tenía alrededor de los veinte años, se desarrolló una disputa entre las ciudades de Perugia y Asís, como consecuencia de esto, Francisco fue hecho prisionero durante un año y cuando se recuperó, decidió ir a combatir con el ejército. Luego de un tiempo, volvió a su antigua vida. Se dedicó a la oración y después de un tiempo tuvo la inspiración de vender todos sus bienes para con el dinero arreglar la Iglesia de San Damián. A los 25 años regresó a su pueblo, estaba tan desfigurado y mal vestido que las gentes se burlaban de él, su padre lo llevó a su casa, le puso grilletes en los pies y lo encerró. Con la ayuda de su madre escapó y regresó a San Damián. Su padre fue a buscarlo ahí y le pidió que volviera a su casa o que renunciara a su herencia, Francisco no dudó en renunciar a la herencia
De vuelta en San Damián, trabajó hasta levantarla a base de limosnas, una vez hechas las reparaciones de San Damián hizo lo mismo con la antigua Iglesia de San Pedro, después se trasladó a una capillita llamada Porciúncula, propiedad de los benedictinos, era un sitio muy tranquilo que gustó mucho a Francisco. Al oir las palabras del Evangelio “…No lleven oro… ni dos túnicas, ni sandalias, ni báculo…” (Mateo 10:9), reaccionó reglanado sus sandalias, su báculo y su cinturón y se quedó solamente con la túnica sujetada con un cordón.
Su primer discípulo fue Bernardo de Quintavalle, un rico comerciante de Asís que vendió todo lo que tenía para seguirlo. Su segundo discípulo fue Pedro de Cattaneo. Francisco les concedió hábitos a los dos en abril de 1209, Francisco mismo sólo llegó a recibir el diaconado porque se consideraba indigno del sacerdocio.
Alrededor del año 1212, Santa Clara escuchó predicar a Francisco y convencida de su ejemplo, decidió seguir sus enseñanzas.
En la Navidad de 1223 Francisco construyó una simulación de una cueva, en la que se representó el nacimiento de Cristo y donde se celebró una solemne eucaristía. De ahi la costumbre de los nacimientos navideños.
En 1224 se retiró al Monte della Verna una montaña aislada de 1.283 metros situada en el centro de los Apeninos toscanos, que se eleva sobre el valle del Casentino, en el centro de Italia y se construyó ahí una pequeña celda. La única persona que lo acompañó fue el hermano León y no permitió visitas. Es aquí donde sucedió el milagro de los estigmas en el cual quedaron impresas las señales de la pasión de Cristo en el cuerpo de Francisco, el 29 de septiembre durante un ayuno de 40 días cuando se preparaba para la Fiesta de San Miguel Arcángel.
En 1225 compuso el Cántico del Hermano Sol, un poema de oración y de alabanza al Creador de todo lo que existe. En 1979, esta oración y su actitud de reverencia hacia todas las cosas creadas le llevaron a ser proclamado “celeste Patrono de los cultivadores de la ecología”.
Poco antes de morir dictó un testamento en el que les recomendaba a los hermanos observar la regla y trabajar manualmente para evitar la ociosidad y dar buen ejemplo. Al enterarse que le quedaban pocas semanas de vida, dijo “¡Bienvenida, hermana muerte!” y pidió que lo llevaran a la Porciúncula.
Murió el 3 de octubre de 1226 después de escuchar la pasión de Cristo según San Juan. Tenía 44 años de edad. Lo sepultaron en la Iglesia de San Jorge en Asís. fue declarado santo en 1228.
Fuentes:
Catholic.net
secretariat.synod.va
catholicnewsherald.com