La pesca de arrastre en Hong Kong entró en veda el pasado 1º de enero. Se espera una recuperación de varias poblaciones de peces a partir de esta medida; se prevé que las poblaciones de mero y corvina crecerán en un 20 o 30% durante los próximos años. Se atribuye a la pesca de arrastre la responsabilidad de las capturas al azar de diferentes especies, y de haber dañado el ecosistema marino de Hong Kong enormemente, casi al punto del colapso ecológico.
Los científicos confían que a largo plazo, la medida permitiría el aumento de los desembarques, lo cual estabilizaría la oferta y calidad de pescado de la zona, además de que el público en general y el turista podrán apreciar un ambiente marino más adecuado. A su vez, autoridades han trabajado conjuntamente con pescadores de la zona para evitar que estos se vean afectados por la prohibición.