Es común entre nuestros pescadores escuchar que utilizan el término “trasmallo”, el asunto no pasaría a mas si no fuera porque en realidad nadie en Nicaragua utiliza trasmallo para pescar peces, sino que, lo que todos usan, son redes agalleras. Ahora les aclaro.
La red agallera es un paño de hilo monofilamento nailon (los pescadores le dicen plástico al nailon), que está entretejido de manera que forma rombos o cuadros de tamaños uniformes y dimensiones específicas, a los que técnicamente se les llama mallas, estas mallas en un mismo paño deben tener la misma medida cuando las estiramos de nudos opuestos, y si medimos la distancia interna entre los nudos estirados, tenemos lo que se conoce como “luz de malla” o “tamaño de malla” de esa red. Es en esos rombos del paño donde los peces al introducir la cabeza, quedan atrapados por el hueso que cubre sus agallas, razón por la cual a estas redes se les conoce como redes agalleras.
Ahora bien, en la década de los años 1950 a 1960, extensionistas de una organización internacional llegaron al país con equipos para mejorar las actividades de los pescadores, entre estos equipos estaban unas redes que se llamaba “trasmallos”. Esta arte de pesca es la combinación de tres paños de redes armadas como una sola, donde las dos exteriores son de mallas grandes y el paño central es de una malla más pequeña, por esta característica de estar los paños superpuestos uno tras el otro se le llamó tras-mallo.
Por otra parte, si se comparan las dos redes, los trasmallos no cumplen algunos requisitos para realizar una pesca responsable, no son selectivos en cuanto a las tallas de los peces que retiene, ya que todo pez de cualquier tamaño que logra pasar el primer paño, quedará potencialmente retenido como captura, en cambio la red agallera, retendrá un mayor número de peces de tamaño similar.
A consecuencia del maremoto que ocurrió en las costas del Pacífico de Nicaragua el primero de septiembre de 1992, el Gobierno, a través de la Administración Pesquera de ese entonces, importó al país procedentes de México y El Salvador, enormes cantidades de redes agalleras que junto con pangas de fibra de vidrio y motores marinos fuera de borda, fueron entregados a los pescadores afectados con la pérdida de sus cayucos o pequeños botes de pesca artesanal, marcando (dicho sea de paso) esta fecha y esa acción, el fin de la pesca artesanal sostenible en nuestro país. El Gobierno entregó redes, pero los pescadores recibían trasmallos y la costumbre ha prevalecido hasta el día de hoy, incluso, las empresas que venden los paños y los técnicos del Instituto de Pesca siguen llamándole trasmallo a las redes agalleras que usan los pescadores, utilizando erróneamente el concepto y dándole largas al uso de un término erróneo.